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Importancia del pH del suelo en la agricultura

Determinar el pH de un suelo es la mejor forma de saber su salud, así como la de conocer qué tipo de cultivos pueden crecer en él. Este valor condiciona la mayoría de las reacciones químicas tanto de los organismos vivos como de los inorgánicos. De ahí que saber cómo medirlo y cómo variarlo sea fundamental para que una plantación sea productiva y tenga buenos rendimientos económicos.

Qué es el pH del suelo

El pH del suelo es la cantidad de iones libres de hidrógeno que presenta una muestra de terreno. Con ello se expresa la acidez o la alcalinidad que tiene, y todo de acuerdo con la siguiente escala:

  • Ácido: el suelo ácido tiene un pH de valor menor a 6,5.
  • Neutro: valores cercanos a 7.
  • Alcalino o básico: por encima de 7,5.

Por qué debes conocer el pH del suelo en la agricultura

El pH del terreno es una de las variables más importantes que presenta un suelo agrícola. Este incide directamente en la capacidad de absorción de los nutrientes que tienen las plantas, así como en la resolución de numerosos procesos químicos que son producidos en él.

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En general, la mayor productividad y los mejores rendimientos que tiene un suelo se dan con valores de pH que varían entre 6,5 y 7. Este es el rango donde se asimilan mejor los nutrientes, y por tanto, donde mejor se adaptará el crecimiento de los cultivos. A modo de ejemplo, exponemos los valores óptimos de pH de un suelo en función de la plantación que se realice en él:

  • Trigo: entre 5,5 y 7,5.
  • Cebada: entre 6,5 y 8.
  • Centeno: entre 5 y 7.
  • Maíz: entre 5,5 y 8.
  • Alfalfa: entre 6 y 7,5.
  • Girasol: entre 6 y 7.

Cómo se analiza un pH del suelo

Saber el pH de un suelo es fundamental en los cultivos agrícolas, como hemos podido ver. Y para determinar su valor podemos realizarlo de dos formas: in situ con un pH-metro de bolsillo y mediante un análisis en un laboratorio especializado.

El primero se realiza con un medidor portátil de pH y puede hacerse directamente estando sobre el terreno. El problema es que los resultados no son muy eficaces, ya que pueden obtenerse variaciones significativas en función de la forma en que se haga la medición.

Lo más fiable para medir el pH de un terreno es enviarlo a un laboratorio. En él emplean el siguiente método para determinarlo:

  1. Se toma una muestra del terreno y se procede a su secado a 40 ºC durante varias horas.
  2. Se procede a su tamizado con un tamiz de 20 mm.
  3. Escogen una muestra de 20 g de tierra.
  4. La muestra se mezcla con 50 ml de agua destilada en un vaso de precipitados.
  5. Se procede a un agitado de la muestra durante 2 minutos.
  6. Se deja la muestra en reposo durante 15 minutos.
  7. Por último, se procede a la medición. Para ello, a través de medidores eléctricos o tiras de pH, se mide el líquido que queda arriba denominado “sobrenadante”.

¿Se puede variar el pH del suelo? ¿Cómo puedes hacerlo?

Anteriormente, hemos visto que, en función del cultivo, necesitaremos unos rangos de pH en el suelo. ¿Esto significa que no podemos plantar lo que queramos en nuestro terreno?

La respuesta es un rotundo no, puesto que el pH de un terreno puede ser modificado. Veamos cómo.

Cómo subir el pH del terreno

Para conseguir que un suelo sea menos ácido, hay que aplicar materiales que contengan limos en su composición. De entre todos ellos, la piedra caliza es la más utilizada. Cuanto más finas sean sus partículas, más rápida se hará efectiva la subida del pH.

Ahora bien, ¿cuánta debemos incorporar? Esto dependerá del tipo de suelo que tengamos. Como ejemplo fácilmente entendible, tenemos aquellos suelos con pocas arcillas que requerirán menos limo que los que son más arcillosos para conseguir el mismo cambio de pH.

Los factores a considerar para ajustar el pH de un suelo son:

  • La textura del suelo.
  • La cantidad de materia orgánica que tenga.
  • La planta que se va a sembrar.

Cómo reducir el pH de un terreno

Las características de un suelo ácido son las perfectas para muchas plantas ornamentales y numerosos frutales como los arándanos. Estos tipos de cultivos desarrollan un efecto denominado clorosis (deficiencia de nitrógeno en sus hojas que se manifiesta en el amarilleamiento de sus hojas) si los suelos donde se plantan son alcalinos. Este efecto puede ser fácilmente evitado bajando el pH del suelo.

Pero ¿cómo aumentar la acidez del suelo? El método más utilizado es a través de sulfatos de azufre o aluminio; podemos encontrarlos en cualquier jardinería especializada.

El sulfato de aluminio cambia rápidamente el pH, ya que se aumentan los niveles de acidez en el momento que se mezcla con el suelo. Sin embargo, el azufre requiere mucho más tiempo (incluso meses) porque es necesario que se convierta en ácido sulfúrico al mezclarlo con las bacterias que tenga el terreno.

 

En resumen, el pH del suelo es fundamental para saber qué tipos de cultivos son los más idóneos en función del terreno que se tenga. Y conocer su valor es esencial, ya que de esta forma podremos saber si necesitamos modificarlo en función de la plantación que queramos realizar.

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