La recolección del olivar ha sufrido una gran evolución con el tiempo, y hoy en día, gracias a los medios mecanizados como las cosechadoras o las máquinas cabalgantes, es posible conseguir grandes productividades. Pero, para lograr todo esto es necesario tener una plantación superintensiva. Veamos en qué consiste todo esto y por qué hoy en día es la técnica más utilizada.
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ToggleRecolección del olivar: ¿cuándo se hace?
La recolección de la aceituna se realiza en función de varios factores como las condiciones climatológicas de la zona, la variedad de la oliva, el tipo de plantación que se tenga o las propiedades del suelo de la zona de cultivo, entre otros.
Lo normal es que la recogida de la aceituna de mesa se realice cuando empieza a verdear. En nuestro país esto se suele producir a finales del mes de septiembre. La de molino puede prolongarse hasta mayo, y las destinadas a la fabricación de aceite se suele recolectar en los meses de noviembre, diciembre y enero.
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El fantástico AOVE que fabricamos en nuestro país puede depender de su fecha de recolección. Para conseguir frutados intensos, suele realizarse una recogida extratemprana, es decir, en el mes de octubre y a principios de noviembre. De esta forma, el rendimiento graso de la aceituna es algo menor, pero se ve bastante compensado con una mejora en los precios del aceite y una reducción en la vecería del olivo.
Método de recolección de aceitunas intensivo y superintensivo
La recolección del olivar realizada por medios tradicionales se ha caracterizado siempre por una productividad muy baja, por lo que ha sido necesaria su transformación prescindiendo de la gran mano de obra que se necesitaba y sustituyéndola por medios mecanizados.
Esto ha supuesto un gran cambio en los métodos de recolección de aceitunas, pasando de los tradicionales establecidos en el ordeño, el vareo, la vibración y la posterior recogida de los frutos en el suelo, a utilizar máquinas para recoger olivas modernas y que supongan un aumento considerable en la productividad y rendimiento de la operación.
Pero para ello, también ha sido necesario un cambio drástico en cuanto a la forma de realizar las plantaciones de los olivos. Para recoger las olivas por medios mecánicos, es preceptiva una preparación previa del terreno de forma que las máquinas puedan realizar la recolección correctamente. Y a esto es a lo que se denomina un olivar intensivo y superintensivo.
Ventajas del olivar superintensivo
El olivar superintensivo supone un cambio moderno de entender la olivicultura. Se desarrolla desde hace 25 años, y en España, ocupa 50 000 hectáreas de plantación, suponiendo el 50 % del total a nivel mundial. Estos datos indican la especial relevancia de nuestro país en esta modalidad de cultivo.
La principal ventaja radica en las grandes producciones que se consiguen a los pocos años de plantación. Esto implica una amortización bastante rápida en la inversión inicial necesaria.
Por otro lado, implica una reducción de mano de obra considerable, ya que todas las tareas manuales son sustituidas por maquinaria agrícola, incluidas la recolección, la poda y los tratamientos necesarios en los olivos.
Aunque sí que es cierto que el prescindir del factor humano puede ser a priori una desventaja, lo cierto es que los grandes rendimientos que se consiguen, garantizan el éxito productivo de esta forma de cultivo.
Máquinas para recoger olivas en plantaciones superintensivas
La mecanización en la recolección del olivar ha dado lugar a la aparición de múltiples máquinas y herramientas que permiten la recogida de los frutos. Son numerosas las empresas que disponen de modelos en el mercado y pueden encontrarse equipos que realizan tareas individuales como el vareo o la recogida, a grandes equipos que realizan todo el proceso.
Pero si por algo son interesantes los cultivos superintensivos es por la gran producción y rendimiento que obtienen, y para ello, la disposición de los olivos se realiza pensando en una recogida de la aceituna totalmente mecanizada. Para conseguirlo, se disponen de máquinas específicas que son capaces de realizar estas acciones en seto.
Se trata de grandes equipos que pueden ser impulsados o arrastrados con una especie de estructura con forma de pórtico, donde van avanzando por encima de los olivos y van realizando la recolección de la aceituna de manera totalmente automática. De entre todos ellos, una de las que presenta un gran rendimiento son las máquinas cabalgantes, también denominadas cabalgadoras.
La cabalgadora es una máquina para recoger olivas autopropulsadas y que dispone de una estructura con forma de pórtico, lo que la permite circular pasando por los árboles sin dañarlos. Incorporan dos áreas de vibración con varillas, tanto rectas como curvas, que impiden las posibles roturas de las ramas o los brotes.
La máquina cabalgante presenta unos costes muy controlados y permite obtener una gran producción, pero necesita tener una disposición en el diseño de la plantación muy definida para obtener grandes rendimientos. Es muy respetuosa con los árboles y realiza la recogida de todos los frutos sin dañarlos.
De lo que no cabe ninguna duda es que la recolección del olivar en cultivos intensivos o superintensivos es la manera de conseguir grandes rendimientos productivos. Y para ello, la distribución de los olivos debe realizarse con el diseño necesario para permitir una recogida totalmente automatizada sin dañarlos. Por algo, es la forma más utilizada en la actualidad.