La Aglaope Infausta, conocida también como Orugueta del Almendro, esC una larva u oruga proveniente de la familia Zyngaenidae, que suele alimentarse de distintas especies de plantas Rosaceae y que debido a lo invasiva que resultan, son consideradas como plagas de follaje.
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ToggleCabe destacar que estas orugas, viven en climas secos y calientes, por lo que suelen afectar a las plantas espinosas y a aquellas que crecen en este tipo de ecosistemas. Y es que se alimentan de las hojas y dañan por completo las cosechas.
Síntomas de la Orugueta del Almendro
El primer síntoma de esta plaga del almendro que podemos identificar, es la sesión en la zona del envés de las hojas del almendro y otras plantas afectadas
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Podemos determinar que se trata de esta plaga, si dejan intactas las nervaduras centrales de todas las hojas.
Además, es importante estar alertas cuando comience la primavera e inicie el proceso reverdecimiento de las plantas.
Estas suelen hacer su capullo en la corteza del almendro durante el invierno y se alimentan de la planta.
Daños provocados por la Orugueta del Almendro
En estado de oruga, esta plaga suele devorar la parte reversa de la hoja y antes de volverse una crisálida, se come el limbo.
A pesar de que los almendros, son los principales afectados, también hay otros árboles frutales que pueden verse severamente dañados por estas orugas.
Además, después de debilitar el árbol o la planta, con la primavera comenzarán a aparecer otras generaciones de orugas.
Estas poco a poco destruirán la planta, si no se aplican las medidas correctivas y medicinales. En épocas frías suelen invernar, pero no por mucho tiempo.
Tratamientos en contra de la Orugueta del Almendro
En la etapa inicial, cuando la oruga está comenzando a devorar las hojas (en abril aproximadamente), debe aplicarse Bacillusthuringiensis junto a fitosanitarios, en los puntos en donde se encuentran ubicados los focos de larvas.
Ya con la llegada de Julio, es importante conservar el producto fitosanitario recomendado y aplicar aceite en conjunto para acabar con su inmunidad.
En invierno, se debe aplicar cobre y aceite, cuando la planta esté gravemente dañada, para intentar recuperarla efectivamente.
Ahora, si ya la cosecha se perdió debido a la plaga y no se puede aplicar ningún correctivo, se recomienda podarla para permitir su renovación natural.
Los restos de la poda, deben quemarse en un lugar alejado de la plantación, para evitar así que las orugas vivas puedan regresar.