El cambio climático por fin acapara tiempo y espacio en las agendas políticas e institucionales nacionales e internacionales. Y no es para menos: la agricultura es responsable de la emisión no natural del 11% de gases de efecto invernadero en nuestro país. Precisamente por eso además, el sector mantiene una gran responsabilidad medioambiental ya que constituye la única actividad que fija carbono de la atmósfera en el suelo y a través de la biomasa.
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ToggleAsí las cosas, el olivar ocupa un lugar destacado dentro de las propuestas para combatir el cambio climático. Y las principales entidades del sector ya están encargándose de profundizar en ello y divulgarlo. El Consejo Oleícola Internacional (COI) organizó en noviembre en una conferencia titulada ‘El aceite de oliva, el oro líquido que contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero’, en la que se repasaron diversos estudios científicos que han demostrado que el cultivo del olivo tiene efectos positivos sobre el medio ambiente. En esa misma conferencia además se informó sobre la adopción de prácticas agronómicas adecuadas puede aumentar la capacidad de fijación de CO2 de la atmósfera en las estructuras vegetativas permanentes (biomasa) y en el suelo. Asimismo, el Comité Oleícola Internacioanl (COI) participó en la 22ª reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22).
Por su parte, la Interprofesional del Aceite de Oliva participa en un proyecto europeo para calcular la huella ambiental de los aceites de oliva y su contribución a la reducción de gases de efecto invernadero, contribuyendo así al liderazgo del sector del aceite de oliva en la lucha contra el cambio climático.
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El olivo suaviza los efectos del cambio climático, pero el cambio climático puede afectarle. La falta de lluvias y recursos hídricos perjudicaría al olivar en el plano fisiológico, pero es que además la subida de temperaturas provocaría una distribución de olivares hacia el norte, alterando el sector económico y todo lo relativo a la oleicultura. Otros cambios que prevé el científico Luca Testi (CSIC) incluyen incidencias en floración, cosechas o necesidades de irrigación. No obstante, hay quien dice que el cambio climático puede beneficiar al olivar ya que desaparecerían problemas, como la mosca del olivo. Aún así la balanza sigue descompensada. Lo único claro que es que el olivar sí tiene armas para luchar contra el cambio climático.
Pero, exactamente, ¿cómo combate el olivar el cambio climático?
El oliva es un árbol extraordinario. Diversos estudios científicos o prácticas comprobadas corroboran que:
- El olivo es uno de los árboles con mayores propiedades para absorber CO2 de la atmósfera, algo imprescindible teniendo en cuenta que este gas es uno de los más peligrosos para la capa de ozono. Un estudio de la Universidad de Hebrea de Jerusalén es uno de los muchos que confirman esta idea y además desarrolla otros beneficios de las plantaciones de olivar.
- El olivo ralentiza la desertización y erosión, posibles consecuencias de la falta de lluvias propias del cambio climático. Tal como explica Fransisco Serafini, secretario general del Consejo Oleícola Internacional (COI), los esfuerzos de la oleicultura para conseguir efectos positivos en este sentido deben centrarse en la adecuación de herramientas para conseguir un incremento de la capacidad de fijación del CO2 de la atmósfera en las estructuras vegetales permanentes y en el suelo.
- Presenta nuevas alternativas energéticas. En concreto, el hueso de aceituna puede usarse como biocombustible natural, según un estudio de la Universidad de Granada. Esto permitiría que se dejara de depender tanto de los combustibles fósiles.
- Algunas investigaciones insisten en la posibilidad del reciclaje de aguas procedentes del tratamiento de aceitunas.
Es posible que pronto se descubran nuevas formas de aprovechamiento del olivar y su aplicación medioambiental. Por lo pronto, desde BALAM confiamos en un cultivo que ha sido el origen de todo lo que somos hoy. Y además, renovamos nuestro compromiso con el medioambiente, porque de él dependemos y de él provenimos.
FUENTES:
El “mar de olivos”: ¿Baza española contra el cambio climático?, reportaje escrito por GINÉS MENA para EFEAGRO.
Revista Cooperativas AgroAlimentarias.
FOTO DESTACADA:
David Lees/Corbis