Es de sobra conocida la importancia que tiene el olivar en la historia de la Humanidad. En las primeras civilizaciones de Egipto y Mesopotamia, el olivo era considerado un árbol mágico, ancestral y casi milagroso. De la pulpa de la aceituna se obtenía el aceite para preparar ungüentos funerarios, cremas y bálsamos para tratar las heridas de los guerreros. Pero, ¿cuál es el origen del olivo? Desde BALAM hemos querido sumergirnos en la historia de uno de los cultivos más importantes para el hombre. Así, las modernas plantaciones de olivar intensivo, plantaciones de olivar y plantaciones de olivar de alta densidad no serían hoy lo que son sino existiera un precedente, un hecho particular desde el que partir.
El viaje por la historia nos llevará a diferentes países y culturas vinculadas de una forma u otra al olivo. Según investigaciones realizadas por distintos autores, el origen del olivo, como planta y cultivo, está en Italia, en concreto en unos restos fósiles de hojas de olivo encontrados en Mongardino, Italia. Usando como fuente de información la mitología griega, algunos teóricos sitúan el nacimiento de esta planta en una disputa entre las deidades griegas Atenea, diosa de la guerra, y Poseidón, dios del mar. El ganador de esta batalla se convertiría en el protector de Atenas. Poseidón estrelló su tridente contra una roca de la que emergió un caballo, mientra que Atenea ofreció al pueblo griego un hermoso olivo, símbolo de la fertilidad y la naturaleza. Otros estudios sitúan Persia como escenario primigenio, en contraposición a Egipto o Creta. Independientemente del origen, lo que está claro es que el olivo ha sido utilizado por todas las culturas de la historia.
En los primeros juegos olímpicos celebrados en Atenas, los ganadores recibían una corona de olivo como símbolo de paz y respeto hacia el otro, significado que se mantiene en nuestros días. El olivo, en general, y el aceite de oliva, en particular, tienen un peso indiscutible en el desarrollo del Cristianismo. Algunos ejemplo son el Libro del Génesis. Este manual afirma que una paloma entregó una rama de olivo a Noé para celebrar el final del diluvio universal. En el Libro del Éxodo, Dios le da a Moisés las claves para preparar un ungüento con aceite de oliva y especias que serviría para ungir al pueblo. La Biblia contiene varias referencias específicas al olivo y al aceite. Así, el olivo y el aceite siempre han sido valorados por su pureza.
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A partir del siglo XVI a.C. los fenicios difunden el aceite a la península griega. También llegan hasta las islas. A su vez los griegos llevan el olivo hacia Italia y Túnez donde se van formando las primeras extensiones dedicadas a este cultivo. En una de las múltiples y extensas rutas comerciales, los fenicios introdujeron el cultivo en España. El olivar ocupaba amplias zonas de tierra en toda la zona de la Bética (Andalucía) y parte del litoral mediterráneo. Las plantaciones se hicieron más notables y las hectáreas de tierra destinadas al olivo aumentaron considerablemente. Roma, capital del Imperio, importaba aceite de Hispania (antiguo nombre acuñado por las tropas romanas para describir a la Península Ibérica) transportado en ánforas de barro cocido. Desde Roma, el aceite se distribuía hacia otros lugares como Sicilia, Nápoles (principalmente la ciudad de Pompeya) y Calabria. Para los romanos el “oleum” era un bien de primera necesidad del que nadie debía verse privado.
La dominación de los árabes dejó huellas en la arquitectura y en la gastronomía española pero también supuso la entrada de nuevas variantes de olivo procedentes del norte de África, sobre todo en el valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla y Jaén). La influencia del pueblo árabe fue tal que la palabra aceite procede del vocablo “al-zait” cuyo significado es “jugo de aceitunas”. Los árabes dieron buena cuenta del uso del aceite de oliva en la cocina al introducirlo en guisos tradicionales como la caldereta de cordero, además de mejorar las instalaciones de cultivo, cambiar el sistema de poda y recolección de la oliva o incluso introducir el estiércol como base de plantación. Al igual que en La Biblia, en el Coran también hay referencias a los beneficios, bondades y características del aceite de oliva. Las sunas 24 y 35 así lo confirman.
La expulsión del pueblo árabe de territorio español no puede entenderse sin dos acontecimientos cruciales para la historia de España. El primero es la coronación de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando de Aragón, y el segundo, el descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón. La aventura emprendida por Colón y otros marineros sirvió para dar a conocer el olivar más allá del territorio europeo/asiático. En diferentes travesías, las carabelas transportaban olivos procedentes de Sevilla y Córdoba con destino a México, Perú, Argentina y California. Hacia 1560 un amplio porcentajes de países latinos cultivaban el olivar con idéntica frecuencia con la que cosechaban mijo, quinoa o batata. Hoy en día es posible encontrar aceite de oliva de producción local con la misma calidad que el aceite de oliva producido en Andalucía o Extremadura.
En la actualidad, España es el primer productor mundial de aceite de oliva virgen extra, seguido muy de cerca por Italia, Grecia, Túnez y Portugal, todos países situados en la cuenca mediterránea. A nivel nacional, el mayor volumen de aceite de oliva y de aceituna proviene de campos de olivos situados en Andalucía (70%), Castilla La Mancha (7%), Extremadura (5%), Cataluña (4%) y algunas zonas del levante español como la Comunidad Valenciana y Aragón. El aceite, esencia de la dieta mediterránea, ha vuelto a traspasar fronteras y ha llegado hasta mercados emergentes y tradicionalmente “ajenos” al cultivo como Japón, Nueva Zelanda, China, Australia, Polonia e incluso Brasil. La internacionalización del aceite de oliva virgen extra de origen 100% andaluz y la adaptación a los nuevos ritmos de producción mundial son los dos retos más importantes a los que se enfrenta el aceite de oliva. Veremos que depara el futuro a un cultivo global que ha evolucionado desde su nacimiento hasta llegar intacto a nuestros días. Os lo contaremos, como siempre, en BALAM, empresa especializada en plantaciones de olivar intensivo, plantaciones de olivar de alta densidad y plantaciones de olivar.