Cuando los romanos introdujeron hectáreas y hectáreas de olivar en la península Ibérica, es porque ya intuían de la importancia tanto de las aceitunas como del aceite de oliva. Y no es en vano, ya que se han convertido en alimentos básicos para una dieta sana, especialmente el aceite de oliva, del que prácticamente se le encuentra una nueva propiedad beneficiosa cada poco tiempo.
Continuando con la tradición de los antiguos romanos, España es el primer productor de aceite de oliva del mundo, con entre un 40 y 60% de la cosecha. No obstante, la producción de aceite de oliva se ha expandido a todo el mundo y ya se encuentra presente en prácticamente todos los continentes, en muchos países sin tradición olivarera tan diferentes como Brasil y Georgia, India o China por ejemplo, pero que se han adaptado rápidamente gracias a los sistemas de plantación intensiva que han facilitado el proceso; además está previsto que en un futuro próximo se añadan otros países sin antecedentes de cultivo olivarero como Corea del Sur, según datos del sector internacional de elaboración de aceite de oliva. Esto sólo es la punta del iceberg de un producto que se ha consolidado como auténtico ‘oro líquido’ y cuya tendencia es de momento, continuar así.
Túnez es uno de esos países que comparte con España amplias extensiones de olivar y una producción elevada. De esta manera, Túnez se ha convertido en el cuarto productor mundial de aceite de oliva 200 mil de toneladas para la campaña 2007-2008) y el tercer exportador de este producto (130 mil de toneladas). El aumento del 4% en sus exportaciones corresponde en gran parte al aumento de ventas de aceite de oliva al exterior. Así, el aceite de oliva es el primer producto también agrícola exportado.
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Túnez sabe que el aceite de oliva es una de sus principales cartas a jugar en la partida de la economía mundial. También sabe que su principal cliente es la Unión Europea. Sus relaciones tanto comerciales como políticas son muy buenas, de hecho Túnez es un socio político y comercial de primer orden para España. Conociendo por tanto esto, en Túnez se han llevado a cabo diferentes políticas y estrategias para su desarrollo.
El cultivo del olivar en Túnez ha llevado también a cambios sociales para el progreso del país, ya que ha ayudado a una fijación de habitantes en las zonas donde se ha implantado este cultivo; lo que se traduce en un sedentarismo por parte del campesinado y por tanto una mayor estabilización de la población que en ocasiones recurría al nomadismo.
El intercambio comercial derivado del aceite de oliva también ha conllevado un mayor número de relaciones con el país que ha permitido el desarrollo de otros sectores, como el de la industria de transformación y también el de servicios. Junto con el turismo, el aceite de oliva se ha convertido en uno de los pilares básicos de la economía tunecina.
En 2011 queda marcado en la historia de Oriente Medio y del mundo: el pueblo se levantó en la conocida como revolución de los jazmines en Túnez, que acabó con el derrocamiento del presidente Ben Ali e implantó un sistema parlamentario democrático. La inestabilidad y el caos que precede a todo orden fue aprovechado por diversos grupos armados que se implantaron en el país tunecino, atentando contra fuerzas de seguridad y del gobierno. En marzo de 2015 tuvo lugar un terrible atentado contra el turístico museo del Bardo en la capital, que se saldó con 18 víctimas extranjeras. Entonces la Unión Europea se comprometió a ayudar a Túnez a compensar la previsible bajada en número de turistas. Recordemos que el turismo es uno de los pilares en los que se basa la economía del país mediterráneo.
En el sector del olivar, sin embargo, parece que la cosa mejoraba. En teoría, como respuesta a la baja producción española, en este 2015 se ha disparado la exportación un 1.300% interanual, concretamente durante los diez primeros meses de la campaña 2014-15 (octubre 2014-agosto 2015), según datos del informe del Consejo Oleícola Internacional.
Y aquí da comienzo una polémica en el mundo olivarero, pues se incrementaron las importaciones de aceite de oliva tunecino perjudicando según los grupos políticos o asociaciones al olivar español y en concreto, andaluz. La presencia de Túnez en el mundo olivarero se ha reforzado con el nombramiento a partir de enero de 2016 del nuevo presidente Ghedira Abdellatif.
Este tipo de situaciones que nunca antes habían tenido lugar sólo quiere decir una cosa: que el sector del olivar está en crecimiento y que es una apuesta segura a pesar de los desvaríos en el precio o la constante necesidad de renovarse. Lo único que esperamos es que todo se resuelva de manera justa para que se progrese por parte de todos.
FUENTES:
Ministerio de Exteriores: ficha de Túnez
Sector del olivar en Túnez, sector internacional del Olivar.