Mujeres rurales hay muchas: desde China al Caribe, pasando por países africanos y por supuesto, la zona del Mediterráneo. Hoy es el día de todas ellas: el día de la Mujer Rural.
Desde BALAM queremos visibilizar las razones por las que las mujeres deben continuar en el mundo de agricultura.
Según una nota informativa de la ONU, las mujeres rurales desempeñan una función clave de apoyo a sus hogares y comunidades para alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional, generar ingresos y mejorar los medios de subsistencia y el bienestar general en el medio rural. Este mismo informe señala también que las mujeres que se dedican al campo contribuyen a la agricultura y a las empresas rurales y alimentan las economías tanto rurales como mundiales. Como tales, las mujeres desempeñan un papel activo en la consecución de los Objetivos del Milenio fijados por la ONU como la eliminación de la pobreza, la extensión de la educación o la sostenibilidad ambiental. Pese a todo, cada día alrededor del mundo, las mujeres y niñas que se dedican a la agricultura o ganadería se enfrentan a continuas limitaciones estructurales que les impiden disfrutar plenamente de sus derechos humanos y dificultan sus esfuerzos por mejorar sus vidas y las de aquellos a su alrededor.
LA MUJER RURAL ANDALUZA
Por supuesto, la situación es diferente si comparamos una mujer rural de una sociedad occidental con una mujer rural de un país en desarrollo. ¿Qué se conoce sobre las mujeres rurales en Andalucía?
¿Necesitas más información sobre este tema?
Estaremos encantados de darte una atención personalizada.
Según datos aportados por el Instituto de la Mujer de la Junta de Andalucía, más de 2,2 millones de mujeres están presentes en el mundo rural andaluz, el cual supone más del 90% del territorio de la comunidad autónoma.
La agricultura es un sector tradicionalmente masculino y esta tendencia permanece. Los datos EPA del segundo trimestre de 2016 muestran que la población ocupada en el sector agrario es mayoritariamente masculina (73,9% de las personas ocupadas son hombres). La masculinización del sector también se confirma con más datos de la EPA: el 76,1% de las empresas o cooperativas agrícolas pertenecen a hombres (EPA II Trimestre 2016).
Entre las reivindicaciones de las mujeres que se dedican al campo, se encuentran las demandas de mayor conciliación, más ayudas, apoyo al asociacionismo y una especial vigilancia en violencia de género, ya que los informes señalan que en zonas rurales la violencia contra la mujer es mayor que en zonas urbanas.
También hay mujeres que se dedican al campo desde el trabajo técnico. En los últimos años se ha incrementado el número de mujeres matriculadas en estudios de ingeniería agrónoma hasta alcanzar la mitad del alumnado. María José Jiménez, directora de BALAM API , cuenta su experiencia como especialista en esta área.
Pero es en el apartado empresarial donde se vislumbra un cambio más notable: según datos del Instituto de la Mujer, desde 2012 hay una tendencia creciente en el número de mujeres que desarrolla su capacidad empresarial en sus zonas de origen. De hecho, el número de mujeres empresarias en el sector agrario en Andalucía ha crecido un 35,5% en cuatro años, pasando de las 9.000 mujeres empresarias en 2012 a las 12.200 en 2016 (EPA II Trimestre). Algunos ejemplos de ello es la cantidad de iniciativas que refuerzan el tejido empresarial femenino en el campo.
Aún queda mucho por hacer. Lo que está claro que el trabajo conjunto de los dos sexos en el campo sólo puede dar buenos frutos.
FUENTES:
- FAO, FIDA y PMA compuesta por: CIF-OIT, OMS, ONUDI, ONU Mujeres, PNUD, PNUMA, SPFII, UNCTAD, UNESCO y UNFPA: La mujer rural y los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
- Asociación por el Desarrollo Rural de Andalucía: Por mujeres como tú: Iniciativas de éxito llevadas a cabo por mujeres rurales en Andalucía.
- Instituto Andaluz de la Mujer.