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En qué consiste el proceso de solarización y para qué sirve

El trabajo en el campo, en la agricultura, enfrenta a los profesionales de este sector a técnicas propias de este terreno de trabajo. Esto hace que en ocasiones, al escuchar a agricultores experimentados hablar sobre sus labores diarias, se oigan términos desconocidos y que responden a actividades muy concretas de este sector. Uno de esos términos es la solarización de suelos. ¿Qué es y para qué sirve la solarización?

Qué es la solarización y para qué sirve

En pocas palabras, la solarización es una técnica por la que se busca la desinfección del suelo. En terrenos en los que se descubre la existencia de elementos, bacterias o patógenos que pueden ser nocivos para una plantación, se puede solarizar con agua para eliminar cualquiera de estas presencias indeseadas y recuperar el suelo.

Principalmente, lo que hay que eliminar cuando se lleva a cabo una solarización del suelo son hongos, que aunque en ocasiones pueden ser beneficios para las plantas, dependerá del tipo concreto de cultivo que se va a plantar. También nematodos: se trata de un tipo de gusano microscópico que restan fuerza a la plantación al alimentarse de sus raíces.

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Otro de los objetivos que persigue la solarización es la eliminación total de gusanos y cualquier otro tipo de insectos que vivan en el suelo que se va a utilizar para plantar y que previsiblemente se alimentará de las raíces.

Por último, y además de las ya señaladas bacterias o agentes patógenos, otro de los beneficios de la solarización es que contribuye a la liquidación de malas hierbas anuales, que son muy perjudiciales para las semillas. Otra forma de eliminar las malas hierbas es utilizando una máquina intercepas.

El proceso de solarización del suelo se basa en tapar el suelo en el que se va a plantar con un plástico transparente. Para ello, previamente hay que humedecer el suelo. De este modo, se crea una especie de mínimo invernadero que elevará el calor de la tierra y destruirá todos los agentes nocivos que haya en el terreno tapado.

Cómo comenzamos el proceso de solarización

Hay que tener en cuenta varios factores a la hora de solarizar con agua.

Evidentemente, este es un proceso prácticamente natural y cuidadoso con el medioambiente. Precisamente por ello, depende de la propia naturaleza para funcionar. Esto quiere decir que se tiene que llevar a cabo en épocas de calor, para que los rayos del sol atraviesen perfectamente el plástico y eleven la temperatura de modo suficiente como para eliminar los hongos, insectos o bacterias que haya.

Una vez seleccionada la fecha, es importante limpiar bien todo el terreno de grandes piedras, restos vegetales y cualquier otra cosa que pueda servir como protección a los agentes que se desea eliminar.

Con todo el terreno preparado, se lleva a cabo un riego abundante, que empape bien la tierra y a una gran profundidad. Esto hará que la tierra se humedezca en condiciones y, una vez penetren los rayos, el efecto invernadero sea más efectivo. Muchos agricultores optan por, en este momento, añadir estiércol para que este fermente debajo del plástico y la solarización sea todavía más efectiva.

El plástico que cubra la zona debe ser lo más transparente posible para que la incidencia del sol sea directa y, además, debe quedar instalado por un período de entre 4 y 6 semanas para que el trabajo sea totalmente efectivo.

Principales ventajas de la solarización del suelo

Como resultado, el cultivo se verá vigorizado por la calidad del suelo obtenido y, por tanto, la plantación crecerá más sana y ofrecerá una producción mucho mayor.

Pero hay muchas más ventajas: la primera de ellas es que es una forma de reactivación del sustrato sin apenas inversión. Prácticamente es la propia naturaleza la que lleva a cabo la tarea y, además, no exige trabajo más allá de la preparación y la instalación de los plásticos protectores.

Por ese mismo motivo, y dado que no se utiliza ningún tipo de fertilizante químico ni de ningún otro preparado de laboratorio, es un proceso que no contamina el suelo ni las fuentes de agua. Esto es verdaderamente importante, sobre todo en casos de cultivos ecológicos donde todavía hay que prestar más atención a procesos como la solarización, que mejoran la calidad y la salud de los cultivos sin químicos.

El proceso de solarizar con agua tampoco ataca de manera indiscriminada a las poblaciones naturales de microorganismos del suelo, por lo cual se puede pensar que la ‘limpieza’ que se lleva a cabo tampoco está siendo perjudicial para ninguna especie.

Todo esto hace de la solarización un método de reactivación de la tierra y cuidado de los cultivos predilectos de los agricultores que quieren trabajar en cultivos sostenibles, responsables con el medioambiente y ecológicos.

Se trata de una medida de desinfección totalmente eficaz, que además se puede combinar con otros métodos que puedan beneficiar la salud y el vigor de las plantas o la calidad del suelo para mejorar la producción de los cultivos.

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