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Diferencias entre Aceite Oliva Filtrado y Sin Filtrar

Nuestro “oro líquido” forma parte indispensable de nuestros platos ya sea en crudo o cocinado, y está indiscutiblemente asociado a la dieta mediterránea. Son muchas las propiedades que tiene para nuestro organismo, pero en el afán por cuidarnos cada vez más, también surgen dudas acerca de la diferencia entre el aceite de oliva filtrado y sin filtrar.

Algunos productores los comercializan de ambas maneras para llegar a un público mayor, pero no todos los consumidores tienen claro por cuál de ambos decantarse, si se utilizan de modo distinto o si uno es más beneficioso que el otro.

A simple vista el color del AOVE sin filtrar, con un aspecto mucho más turbio que el que ofrece el aceite filtrado, puede dar algunas pistas, pero también puede confundir, haciendo creer a muchas personas que por regla general será más saludable.

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Se trata de falsos mitos y verdades a medias, a los que vamos a tratar de dar respuesta en los siguientes apartados. 

Por qué se filtra el aceite de oliva 

El proceso de filtrado del aceite de oliva forma parte de la cadena de pasos de su producción desde que se recoge el fruto hasta que se envasa y finalmente lo encontramos comercializado en cualquier tienda con su forma líquida habitual. A diferencia de otras fases de su elaboración, el filtrado no es obligatorio, pero sí le confiere al aceite unas características propias.

Uno de los objetivos principales por los que se filtra el aceite de oliva es la eliminación de las minúsculas partículas sólidas que pudieran quedar de la aceituna, así como la humedad que a veces permanece en el aceite después de todos los procesos por los que pasa.

A consecuencia de ello, el aceite de oliva filtrado presenta un aspecto mucho más traslúcido y brillante, algo que nos puede dar la sensación de mayor limpieza, pero que realmente no interfiere en absoluto con la calidad del aceite resultante.

De hecho, antiguamente el proceso de elaboración del aceite no incluía el filtrado, sino que se extraía de manera exclusiva el líquido o zumo de la aceituna directamente.

Sin embargo, con el paso del tiempo se han ido añadiendo mejoras tecnológicas y se ha generalizado el filtrado, algo que ha hecho que el aceite de oliva virgen extra consiga mantener sus propiedades organolépticas en perfecto estado durante mucho más tiempo, alargando su vida útil. 

Diferencias entre el aceite de oliva filtrado sin filtrar

Las comparaciones entre el aceite filtrado y sin filtrar no se quedan únicamente en esos detalles del color, la claridad o la existencia o no de impurezas, sino que hay muchos más aspectos que los separan.

Entre ellos no están ni su grado de acidez ni sus cualidades, puesto que ambos aceites las comparten, lo que quiere decir que son igualmente beneficiosos. Entonces, ¿qué tiene de especial un aceite de oliva sin filtrar? Estos son los rasgos que los diferencian: 

El aspecto

El aceite sin filtrar es más turbio, opaco y denso, y presenta una imagen menos pulcra, mientras que el filtrado es más transparente y con una tonalidad muy luminosa, de ahí que conozcamos al AOVE como el “oro líquido”. 

El sabor

Se suele decir que el aceite de primera prensada sin filtrar tiene un sabor más fuerte y ligeramente picante, por lo que es el preferido por quienes gustan de mayor intensidad en sus platos.

Esto puede ser debido a que es un aceite que se consume prácticamente recién elaborado, muy fresco y que tiene muy presente el gusto de la oliva. Pero también tiene estrecha relación con la variedad de aceituna utilizada y si estaba más o menos madura en el momento de recolección y posterior prensado.

Por el contrario, el aceite de oliva filtrado se identifica con un sabor algo más suave. 

La pureza

En un aceite de oliva filtrado virgen extra, el 100 % del producto que tenemos es AOVE; en uno sin filtrar también se encuentran otras partículas sólidas de la aceituna, por lo que el porcentaje de aceite puede ser algo menor. 

La conservación

Las impurezas que contiene el aceite sin filtrar pueden fermentarse y oxidarlo, haciendo que su sabor o algunas de sus características se vean alteradas, por lo que siempre se recomienda consumirlo fresco de la última cosecha y a ser posible en un máximo de 6 meses. 

El uso

Justamente por ese sabor intenso y algo picante, el aceite de oliva sin filtrar se acostumbra a tomar en crudo para dar el toque especial a ensaladas, pastas, cremas y otras elaboraciones, pero no para frituras, donde es preferible emplear el aceite de oliva filtrado.

 

Ahora que hemos aprendido la diferencia aceite oliva filtrado sin filtrar seguro que ya no nos resulta extraño encontrar ambos en la sección de aceites del supermercado y quizá esto nos anime a probar un producto igual de interesante y delicioso.

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