Se prevé que en el año 2025 lleguemos a ser 8300 millones de personas en nuestro planeta. Alimentarlos a todos supondrá un enorme esfuerzo en la producción de alimentos y, en este sentido, la innovación en el sector agrícola se hace totalmente necesaria para aumentar la productividad.
Se calcula, que el empleo del I+D+i en la agricultura ha contribuido a incrementar un 80 % la producción mundial, por lo que las nuevas tecnologías en este sector son esenciales para su desarrollo, sin dejar de lado la sostenibilidad del medio ambiente y de sus recursos naturales. Veamos cómo nos afecta todo esto.
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I+D+i, significado y la importancia en la agricultura
Investigación, desarrollo e innovación, ese es el significado de I+D+i, un concepto relativamente nuevo que implica un avance investigativo y científico centrado en el desarrollo de la sociedad. Término que en agricultura cobra una especial relevancia porque permite un aumento en la producción a través de la investigación y optimización tecnológica.
La investigación científica es esencial para poder aumentar la productividad, pero al mismo tiempo, permite una mejora en la calidad de los productos agroalimentarios y favorece la obtención de alimentos más saludables, cosa que cada día nos preocupa más. A este respecto, en Balam I+D+i cada día asignamos más recursos en I+D+i en agricultura, ello nos permite mejorar la competitividad, ser pioneros en cuanto a desarrollo y, en definitiva, adelantarnos a los problemas del mercado.
La innovación en el sector agrícola, nuestro pilar fundamental
Son cuatro las áreas donde desarrollamos la innovación en el sector agrícola, gracias a nuestro departamento de I+D+i:
- Área de mejora genética.
- Gestión y uso sostenible de recursos.
- Agrotecnología.
- Biodiversidad y economía circular.
Veamos en qué consiste cada uno de ellos.
Área de mejora genética
La mejora genética consiste en aplicar a los cultivos mecanismos propios para que sean capaces de defenderse de las amenazas sin necesidad de emplear agentes externos. Se los dota de resistencia a enfermedades y plagas, así como a otros aspectos como pueden ser la protección por temperaturas extremas, sequía o adaptación a la salinidad.
Se basa en la modificación del genoma de una especie para poder adaptarla a unas ciertas necesidades. En el fondo, este concepto no puede decirse que sea nuevo, dado que estas transformaciones se ha comprobado que se llevan haciendo desde el Neolítico. Lo que ocurre es que en nuestros días, gracias a las herramientas biotecnológicas que tenemos, la intervención en los genomas se hace de forma más optimizada gracias a nuevas tecnologías como la edición genética CRISPR y la síntesis del DNA.
Gestión y uso sostenible de recursos
La agricultura sostenible la entendemos como un sistema de prácticas ecológico, amparado en investigaciones científicas, mediante el cual es posible la producción de alimentos saludables con prácticas respetuosas para el agua, el aire y el suelo.
Este concepto ha cobrado una gran importancia en la agricultura, ya que permite satisfacer las necesidades de los consumidores permitiendo una alimentación saludable gracias a aplicar varios principios básicos. Entre ellos están la mejora de la calidad del medioambiente, un uso eficiente del campo y la preservación de los recursos naturales. Todo ello sin olvidar una mejora en la calidad de vida del agricultor ni el desarrollo económico rural.
La agrotecnología
La agrotecnología podemos definirla como la tecnología aplicada a la agricultura. Esto permite tener terrenos más productivos y, por lo tanto, cosechas más rentables. Dentro de la innovación en el sector agrícola destaca el uso de herramientas basadas en software capaces de obtener datos que optimizan los cultivos o de obtener siembras más eficientes.
Tanto la inteligencia artificial como la robótica forman parte de la agrotecnología, y ambas se han sumado a la transformación digital de la agricultura y contribuyen a mejorar el impacto en mercados y economías globales. Todas estas tecnologías permiten el uso de tractores y sembradoras con GPS, máquinas cosechadoras con altos rendimientos, sistema de riegos telemático o hasta drones.
Biodiversidad y economía circular
Todo lo anterior no tendría sentido si para desarrollar los diferentes tipos de cultivo, no utilizáramos las herramientas necesarias para obtener una reutilización o reciclaje de recursos, para conseguir minimizar el impacto ambiental en nuestro ecosistema. Esto es lo que se entiende como agricultura circular, y está basada en el aprovechamiento tanto en el agua para el riego de cultivos como en el empleo de residuos orgánicos o inorgánicos, como plásticos o envases, así como en el uso de las energías renovables.
La agricultura circular puede considerarse como un concepto económico cuyo fin es el de producir alimentos de forma sostenible y productiva, al mismo tiempo que se reduce el desperdicio y el consumo de agua, materias primas y fuentes de energía.
En resumidas cuentas, el significado del I+D+i para Balam es solo válido en el concepto de realizar una innovación en el sector agrícola. Todo ello de forma sostenible y totalmente ecológica, para conseguir cultivos y rendimientos productivos gracias al empleo de la investigación y al uso de la mejor tecnología del mercado.
