Son muchas las plagas o enfermedades que pueden afectar a las plantas. Sobre todo, en casos de huertos urbanos o plantaciones ecológicas, en las que se trata a los ejemplares de forma natural y no se utilizan químicos para preservar su salud.
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ToggleEl oídio es uno de los problemas más habituales que pueden surgir en estos entornos. Es importante conocer este tipo de enfermedad, saber cómo combatirla y de qué manera se puede evitar que el huerto se vea perjudicado por una crisis de oídio en plantas.
Una vez que se tienen los conocimientos necesarios para reconocer el oídio, sobre qué variedades son más susceptibles a la aparición de este problema y demás factores relacionados con el ciclo de la enfermedad, es fácil tener todas las herramientas para darle solución de un modo sencillo y eficaz.
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Qué es el oídio
Lo primero que hay que saber es qué es el oídio. Comprender de qué tipo de dolencia se trata es esencial para todos los procesos de cuidados y remedios que tienen que venir a continuación.
El oídio también se conoce como cenicilla o blanquillo. Esto nos da una pista sobre su apariencia y textura. Se trata de un hongo que aparece de manera natural en plantas de todo tipo (a algunas afecta con más fuerza y frecuencia que a otras) y que es propio de la época de primavera, aunque pueda aparecer también en otros momentos.
Aparece como un polvillo blanco en la zona de las hojas, en los frutos y en las ramas más tiernas de la planta o árbol. De ahí su nombre: podría parecer una especie de ceniza que ha sido depositada sobre las hojas.
El oídio se transmite muy fácilmente, ya que el viento va trasladando partes del hongo de una planta a otra o entre las hojas. Por esta razón, es muy habitual ver cómo un cultivo afectado por oídio en plantas se va contagiando de manera exponencial.
El oídio tiene tacto algodonoso y resulta complejo de retirar si no se sabe cómo. Además sus daños pueden ser irremediables en el caso de no tomar soluciones de un modo rápido. Esto hace necesario conocer por qué y cómo afecta este hongo a las plantaciones.
Por qué y cómo afecta a las plantaciones
Básicamente, lo que el oídio busca es alimentarse, crecer y expandirse. Y en las plantas encuentra todo lo necesario para ello. De este modo, su propio crecimiento y buena salud significa el detrimento y la muerte de la planta sobre la que se asienta.
Al situarse sobre las hojas, lo que ocurre es que el oídio impide que la planta realice sus funciones de manera normal: no puede captar la luz y realizar su función de fotosíntesis. Por ello, poco a poco se va debilitando hasta la muerte.
El oídio en floración también tiene consecuencias. La repercusión directa de su presencia es que la fruta no se desarrolla con normalidad, no crece lo necesario o no pueden crecer los frutos habituales.
Esto es un verdadero problema en plantaciones de olivo y almendra, dos de las variedades más afectadas por oídio, ya que se traduce en que los explotadores agrícolas consiguen una menor producción y de peor calidad y, por tanto, generan menos beneficios en el mercado.
Dónde es más probable que crezca el oídio
Todo el que se pregunte cómo combatir el oídio debe saber en qué circunstancias aparece el hongo con mayor facilidad.
Los factores climatológicos son verdaderamente importantes: si hay humedad, poca luz o abono nitrogenado en exceso, tendremos las condiciones perfectas para que el hongo aparezca y se asiente en la plantación.
Así, lugares con temperaturas entre los 10 y los 20 grados y con mucha humedad y oscuridad son el espacio donde más se debe vigilar la aparición de esta cenicilla que surge por todas partes sobre el árbol o la planta.
Cómo combatir el oídio
Son muchas las fórmulas que se pueden aplicar para eliminar el oídio en las plantaciones.
Podar la planta
La más evidente y de temprana acción es eliminar las partes de la planta afectada. Esta es una buena opción si se identifica la presencia del hongo en la primera fase del ciclo del oídio. Ahí todavía resulta fácil deshacerse de las pocas hojas o partes afectadas y eliminar todo rastro del hongo.
Limitar el nitrógeno
Como se ha señalado, el uso abusivo de fertilizante nitrogenado es uno de los principales causantes de la presencia del oídio. Por eso, se recomienda controlar muy bien el uso de estos químicos para que no se favorezca la aparición de la plaga.
Fungicidas
El uso de tratamientos naturales para combatir el oídio es habitual: sulfato de cobre, azufre, bicarbonato o cola de caballo son elementos fundamentales para aplicar en plantas con oídio y ver cómo casi por arte de magia el problema se soluciona. La leche diluida en agua actúa como preventivo. También se puede recurrir a preparados fungicidas de laboratorio.
El oídio es una de esas afecciones habituales en cultivos. Combatirlo no es difícil siempre y cuando se tenga claro cómo identificarlo y cómo actuar de inmediato.