El cultivo del almendro está viviendo una transformación gracias a su incorporación progresiva en suelos de regadío. Aunque, tradicionalmente, ha constituido un cultivo de secano –de hecho, la mayor parte de las plantaciones en España lo son a día de hoy-, el almendro abre nuevas y múltiples oportunidades a los agricultores de regadío. Por una parte, gracias al incremento de la intensidad de la producción y, por otra, por las previsiones de rentabilidad que en este momento se estiman en zonas como el Valle del Guadalquivir.
La plantación de almendro con riego aumenta en gran medida la producción media por árbol –gracias a un desarrollo más rápido- y permite establecer mayores densidades, lo que reporta una recolección de almendras por hectárea mayor.
Una vez que el almendro en regadío empieza a producir, puede llegar a hacerlo a un ritmo hasta tres veces mayor que la media de la plantación en secano. Iniciada la producción, ésta continúa creciendo hasta mantenerse a partir del séptimo año hasta los 20 años, vida media del árbol. En definitiva, la producción de almendro en regadío puede llegar a multiplicar a la tradicional de secano en cantidades variables en función de la plantación.
Asimismo, a esto se suma la intervención científica en las variedades de almendro: las nuevas orientadas al regadío resultan aún más productivas y resistentes a determinadas condiciones climatológicas que las tradicionales, a la vez que estás últimas también están siendo tratadas siguiendo estos objetivos. En este sentido, las producciones son más constantes, previsibles y de mayor calidad gracias al riego. Además, España dispone de más de cien variedades, lo que permite adaptar con precisión la mejor variedad al suelo a cultivar.
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Otra de las ventajas de la plantación del almendro en regadío es la reducción del consumo de recursos técnicos y humanos, posible gracias a la mecanización de la recolección a través de sistemas continuos.
No obstante, el almendro, como cualquier otro cultivo, puede padecer diferentes plagas y enfermedades. Teniendo en cuenta todas las ventajas citadas de la plantación de almendro en riego, resulta importante y necesario planificar controles para evitar problemas que pueden poner en riesgo buena parte de las cosechas. Recientemente publicamos dos posts sobre las enfermedades almendro y plagas más comunes que ponen en peligro el crecimiento y desarrollo de las plantaciones.
En definitiva, es lógico que las estimaciones de producción incrementen año por año. Aunque el crecimiento no haya sido tan alto como el esperado por la presencia de plagas o por las condiciones meteorológicas, los análisis indican que la campaña 2018-2019 alcanzará las 60.398 toneladas de almendra en España, un 13% más respecto al pasado año y un 32% más que la media del último lustro. Se trata de una producción récord en los últimos diez años que también ha visto incrementada su calidad.
Si estás pensando en desarrollar cultivos de almendro en regadío, en BALAM te asesoraremos y ejecutaremos integralmente todo el proyecto incluyendo, además, el control de plagas y enfermedades. Si buscas que los resultados de tus cosechas de almendro en regadío se aproximen lo más posible a tus previsiones estimadas, ¡consúltanos!