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Cuidados para mantener joven un olivo

La diferencia de productividad entre un olivar joven y uno envejecido puede ser acusada. La falta de cuidados de un olivo joven y las malas prácticas en su manejo reducen la productividad y envejecen el árbol. Para evitar esta situación, es conveniente practicar correctamente todas las tareas relacionadas con su cuidado.

Condiciones edafológicas y climáticas

El olivo es una planta rústica que puede crecer en una gran variedad de climas y suelos. Sin embargo, solamente podremos mantener joven nuestro olivar si se desarrolla con unas condiciones favorables respecto al suelo y al clima.

El rango de temperaturas óptimo para el olivo oscila entre los 10 °C y los 30 °C. Aunque puede resistir más de 40 °C, a partir de los 35 °C comienza a resentirse, pudiendo llegar a detener su actividad. En cuanto al frío, resiste bien los inviernos, aunque a partir de -5 °C puede haber daños en hojas y ramas jóvenes. Las heladas primaverales pueden provocar la muerte de yemas y brotes, por lo que son especialmente dañinas para ejemplares jóvenes.

En cuanto al suelo, la capacidad de drenaje es un aspecto fundamental, ya que el olivo es muy sensible a la asfixia radicular (desplazamiento del oxígeno por parte del agua, de forma que las raíces no pueden respirar correctamente). Prefiere suelos sueltos de textura franca (45% arena, 40% limo y 15% arcilla) o franco arenosos (hasta un 65% de arena), aunque estos últimos requieren más aporte orgánico y retienen mal el agua. Puede desarrollarse en suelos con pH variable, entre 5.5 y 8.5, aunque el neutro, 7, es el pH óptimo para la planta. Con valores muy ácidos o muy básicos se pueden presentar problemas relacionados con ciertos microelementos.

Cómo cuidar un olivo para mantenerlo joven

Aunque, en comparación con otras especies de frutales, el olivo no es una planta con grandes necesidades, si queremos mantenerlo sano, joven, con vigor y que su producción sea adecuada debemos poner en práctica una serie de cuidados fundamentales. Esta es la base de los cuidados de un olivo joven:

Control de malas hierbas y plagas

Las plantas que, de manera espontánea, aparecen junto al olivo pueden suponer una competencia a la hora de captar el agua y los nutrientes que, a la larga, acabará envejeciendo y mermando su desarrollo, especialmente entre primavera y otoño.

En explotaciones intensivas se suelen emplear herbicidas que eliminan toda la vegetación espontánea, pero esto puede ser contraproducente, especialmente en zonas con pendiente, ya que las lluvias y la escorrentía pueden erosionar el suelo y eliminar la capa superficial, que aporta gran cantidad de nutrientes al olivo.

Una solución para evitar la propagación de hierbas perjudiciales para nuestro cultivo y retener el suelo es la implantación de cubiertas vegetales y otros tipos de acolchados orgánicos. Las cubiertas de leguminosas, como el trébol blanco, impiden la erosión, ayudan a fijar el nitrógeno, aportan materia orgánica, mejoran la infiltración del agua y regulan la temperatura del suelo. También se pueden emplear especies aprovechables para esta función, como algunos cereales. En este sentido conviene recordar que la PAC incluye ayudas económicas para los agricultores que implanten cubiertas vegetales en sus explotaciones.

Para el control de plagas (como la mosca del olivo, la polilla del olivo o la cochinilla de la tizne) se pueden usar trampas de feromonas y algunos cultivos que protegen frente a estos artrópodos, o bien, seguir una pauta más convencional utilizando fungicidas y otros fitosanitarios.

El riego

Aunque el olivo resiste bien la falta de agua, someterlo a una situación de estrés hídrico afectará notablemente a la producción y, si el estrés es férreo y continuado, dañará los tejidos de la planta afectando a sus ciclos vegetativos y al crecimiento de la planta.

Es recomendable, si las precipitaciones no han sido suficientes, aplicar riego durante la floración, la formación del fruto y en época de crecimiento del árbol.

El abonado

Una fertilización adecuada evitará el estrés nutricional y mantendrá al olivo joven y productivo. Como ocurre con todos los cultivos, nitrógeno, fósforo y potasio son los elementos básicos para la nutrición de la planta, aunque las necesidades de cada uno de ellos varían en las distintas etapas del ciclo vegetativo del árbol. Otros microelementos necesarios para el olivo son el hierro, el calcio y el boro. Es interesante diseñar un plan anual de abonado a partir del análisis del suelo y del estado nutricional de la planta, que se puede determinar a partir de un análisis foliar. De esta manera, podremos aportar los nutrientes que necesite el árbol en cada momento.

El fertirriego por goteo es una solución que están adoptando muchos agricultores, ya que permite incorporar nutrientes de manera gradual y facilita su asimilación por las raíces.

Poda

Eliminar las ramas viejas, débiles o enfermas es interesante para favorecer el crecimiento de ramas nuevas y mantener joven al olivo. La poda debe comenzar poco después de la plantación del árbol, aunque, durante los primeros años, será de baja intensidad. Pero, a medida que el árbol va cumpliendo años, va creciendo la importancia de la poda para mantenerlo joven y productivo.

La poda puede ser de formación, para dar forma al árbol; de producción, para eliminar ramas secas o improductivas; y de rejuvenecimiento, en la que se eliminan las partes viejas, con mucha madera.

Malas prácticas en el cuidado de los olivos

Entre los cuidados que debemos dedicar a un olivo joven hay que prestar especial atención a la poda. Si dejamos las ramas principales demasiado desprotegidas pueden aparecer quemaduras. Del mismo modo, la poda de estas ramas debe llevarse a cabo cuando no haya riesgo de heladas, ya que, si se dan, los nuevos brotes pueden sufrir daños.

La sequía afecta especialmente a los olivos jóvenes, pero también el exceso de humedad. Si las hojas que brotan tienen tonalidades amarillas, podría significar que tenemos retenciones de agua indeseadas en el suelo por exceso de riego que dañarán el árbol. Para mejorar la producción es importante evitar la falta de agua durante la floración y cuando empiezan a formarse y a engordar los frutos.

La utilización de glifosato como herbicida lleva años provocando un acalorado debate. Algunos técnicos y agrupaciones ambientales consideran que puede provocar graves daños a los ecosistemas y a la nuestra salud.

 

Como hemos visto, debemos conocer cuáles son los cuidados de un olivo joven para evitar un rápido envejecimiento de la planta. En general, no difieren demasiado de los que dedicaríamos a un ejemplar adulto, pero las consecuencias de la mala aplicación de estas prácticas serán mucho más nocivas para los árboles jóvenes.

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